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domingo, 21 de noviembre de 2010
sábado, 20 de noviembre de 2010
¿Quien es el destructor del mundo ?
El planeta se calienta de forma innegable y el hombre tiene buena parte de la culpa. Parte del calentamiento ya es inevitable y el nivel del mar seguirá subiendo durante más de un siglo incluso si mañana se eliminan las emisiones de gases de efecto invernadero. El informe descata que el calentamiento es innegable. “2005 y 1998 fueron los años más cálidos desde que hay registros. Seis de los siete años más cálidos han ocurrido desde 2001. Pero Todavia hay formas de combatirla, como plantando un árbol, ahorrando agua, usar focos ahorradores,etc. Pues que esperas ... ayudanos a cambiar este mundo que necesita de todo tu apoyo.. por que todabia hay esperanza de cambiar.. eso.. tu lo decides!
Lo que viviremos si no ayudas a tu hogar.
Lo que viviremos si no ayudas a tu hogar.
Calentamiento global
Nuestro planeta se está calentando. Los últimos 10 años han sido los más calurosos desde que se llevan registros y los científicos anuncian que en el futuro serán aún más calientes. La mayoría de los expertos están de acuerdo que los humanos ejercen un impacto directo sobre este proceso de calentamiento, generalmente conocido como el "efecto invernadero". El efecto invernadero es una condición natural de la atmósfera de la tierra. Algunos gases, tales como los vapores de agua, el dioxido de carbono (CO2) y el metano son llamados gases invernadero, pues ellos atrapan el calor del sol en las capas inferiores de la atmósfera.
VIDEO REFLEXION TOTAL :Los animales sufren mucho por el calentamiento global, te recomiendo que mires este video por que de verdad vale la pena.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Plantemos un Ángel
Bueno tal vez nos preguntaremos por que plantar, si hay muchos. la respuesta es muy facil el hombre esta que la destruye poco a poco y tu puedes detener eso,sembrando el tuyo.
¿Por qué plantar un árbol?Las razones son diversas, tales como: Sirven de filtro al CO2 disminuyendo así el calor del aire, renuevan la atmosfera dotándola de oxígeno, protegen al suelo de las erosiones aluviales, controlan el cauce de los ríos y evitan el deslizamiento de la tierra disminuyendo los desastres naturales.
Como se dijo en el principio, esta idea no es nueva, porque ya viene siendo adoptada por distintos países como Cuba en donde, en el año 2008, se llegó a plantar 136,6 millones de árboles cubriendo 60,328 hectáreas, comprometiéndose así con la causa ambiental.
No hay que dejar de tomar en cuenta que el paisaje natural propiciado por los árboles nos ofrecen, además, salud mental y corporal ya que el vaivén de sus ramas o la simple interacción con estos en un medio compartido nos libera de tensiones acumuladas por el vertiginoso quehacer de nuestras vidas en el mundo moderno.
Plantar un árbol es una tarea posible y sólo cuenta con nuestra colaboración, no esperemos deteriorar más el planeta, empezemos a colorear nuestro planeta de un color mas VERDE Plantemos para el planeta
¿Por qué plantar un árbol?
Como se dijo en el principio, esta idea no es nueva, porque ya viene siendo adoptada por distintos países como Cuba en donde, en el año 2008, se llegó a plantar 136,6 millones de árboles cubriendo 60,328 hectáreas, comprometiéndose así con la causa ambiental.
No hay que dejar de tomar en cuenta que el paisaje natural propiciado por los árboles nos ofrecen, además, salud mental y corporal ya que el vaivén de sus ramas o la simple interacción con estos en un medio compartido nos libera de tensiones acumuladas por el vertiginoso quehacer de nuestras vidas en el mundo moderno.
Plantar un árbol es una tarea posible y sólo cuenta con nuestra colaboración, no esperemos deteriorar más el planeta, empezemos a colorear nuestro planeta de un color mas VERDE Plantemos para el planeta
El Planeta
Una mañana como otra cualquiera, la Tierra despertó y abrió los ojos.
En vez de quedarse mirando hacia el infinito universo, se detuvo a observarse a sí misma.
Se vio tal cual era, aplastada por los polos y abultada por el ecuador, aunque apreció grandes cambios que la dejaron pensativa.
Comprobó que sus aguas ya no eran tan limpias como antes, y como los animales marinos morían a causa de los grandes derramamientos de petróleo y de la enorme contaminación en que vivían.
Los bosques se empobrecían cada vez más a causa de la indiscriminada tala a la que eran sometidos, y los lugares donde aún quedaban árboles en pie corrían el mismo riesgo de las zonas áridas.
El aire se volvía irrespirable, la capa de ozono desaparecía en grandes dimensiones.
Y todo esto ocurría a causa de la contaminación ambiental.
Se sintió más caliente, pues su temperatura había aumentado debido al calentamiento global. Nuestro planeta se sintió desesperado al ver tantos animales que morían al ser cazados o quedaban sin hogar ni comida.
De pronto se dio cuenta de que estaba en peligro de extinción al igual que los pobres e indefensos animales.
El pánico ante su desaparición lo motivó a encontrar el único y gran culpable de todos los males: el hombre, ése que se jactaba de ser el único animal racional.
La Tierra pensó vengarse.
Provocaría terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, lluvias prolongadas, sequías interminables y un sinfín de calamidades que borrarían toda presencia humana.
pero seguidamente se puso a reflexionar y se dio cuenta de que todos los hombres no eran iguales, y que al hacer esto pagarían justos por pecadores.
Sabía que en este planeta donde vivimos muchas personas luchaban hasta lo imposible por salvarlo, que no todos los humanos carecían de conciencia; muchos sentían amor y respeto por cada detalle de la naturaleza, por cada hacer viviente, y que no sólo pensaban en expandirse y enriquecerse a cualquier costo.
Pensó que si fuéramos menos derrochadores, más preocupados y conscientes por lo que hacemos a diario, si todos los países se esforzaran por cumplir los acuerdos a favor del medio ambiente, si tal vez nos diéramos cuenta de algunos errores que no tienen marcha atrás, el mundo mejoraría considerablemente.
El globo terráqueo pensaba que a lo mejor los humanos no se daban cuenta del daño que se hacían a sí mismos, pues al paso del tiempo las generaciones venideras conocerían un mundo gris, triste, desolado y destruido y llegarían a escuchar historias que parecerían increíbles acerca de la existencia lejana ya de un planeta azul que impresionaba por su belleza.
Todo esto y mucho más pensó la Tierra mientras permanecía con los ojos abiertos.
Entonces decidió cerrarlos, entregarse con confianza a los esfuerzos que se hacían por detener toda destrucción, y ayudar en todo lo concerniente a ella para continuar siendo tan bella como siempre lo había sido.
En vez de quedarse mirando hacia el infinito universo, se detuvo a observarse a sí misma.
Se vio tal cual era, aplastada por los polos y abultada por el ecuador, aunque apreció grandes cambios que la dejaron pensativa.
Comprobó que sus aguas ya no eran tan limpias como antes, y como los animales marinos morían a causa de los grandes derramamientos de petróleo y de la enorme contaminación en que vivían.
Los bosques se empobrecían cada vez más a causa de la indiscriminada tala a la que eran sometidos, y los lugares donde aún quedaban árboles en pie corrían el mismo riesgo de las zonas áridas.
El aire se volvía irrespirable, la capa de ozono desaparecía en grandes dimensiones.
Y todo esto ocurría a causa de la contaminación ambiental.
Se sintió más caliente, pues su temperatura había aumentado debido al calentamiento global. Nuestro planeta se sintió desesperado al ver tantos animales que morían al ser cazados o quedaban sin hogar ni comida.
De pronto se dio cuenta de que estaba en peligro de extinción al igual que los pobres e indefensos animales.
El pánico ante su desaparición lo motivó a encontrar el único y gran culpable de todos los males: el hombre, ése que se jactaba de ser el único animal racional.
La Tierra pensó vengarse.
Provocaría terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, lluvias prolongadas, sequías interminables y un sinfín de calamidades que borrarían toda presencia humana.
pero seguidamente se puso a reflexionar y se dio cuenta de que todos los hombres no eran iguales, y que al hacer esto pagarían justos por pecadores.
Sabía que en este planeta donde vivimos muchas personas luchaban hasta lo imposible por salvarlo, que no todos los humanos carecían de conciencia; muchos sentían amor y respeto por cada detalle de la naturaleza, por cada hacer viviente, y que no sólo pensaban en expandirse y enriquecerse a cualquier costo.
Pensó que si fuéramos menos derrochadores, más preocupados y conscientes por lo que hacemos a diario, si todos los países se esforzaran por cumplir los acuerdos a favor del medio ambiente, si tal vez nos diéramos cuenta de algunos errores que no tienen marcha atrás, el mundo mejoraría considerablemente.
El globo terráqueo pensaba que a lo mejor los humanos no se daban cuenta del daño que se hacían a sí mismos, pues al paso del tiempo las generaciones venideras conocerían un mundo gris, triste, desolado y destruido y llegarían a escuchar historias que parecerían increíbles acerca de la existencia lejana ya de un planeta azul que impresionaba por su belleza.
Todo esto y mucho más pensó la Tierra mientras permanecía con los ojos abiertos.
Entonces decidió cerrarlos, entregarse con confianza a los esfuerzos que se hacían por detener toda destrucción, y ayudar en todo lo concerniente a ella para continuar siendo tan bella como siempre lo había sido.
Te propongo Cuidar El Planeta

Fue en 1961 cuando por primera vez un hombre, el cosmonauta ruso llamado Yuri Gagarin, vio la Tierra desde el espacio. Al describir lo que veía comentó: "desde el espacio contemplaba una bonita vista de la Tierra, que tenía un precioso halo azul muy visible. Era un cuadro magnífico". Desde entonces cientos de vuelos espaciales nos han familiarizado con la espectacular imagen del planeta azul, nuestro hogar. El único que conocemos que acoja vida.
La Tierra posee unas características muy especiales. Tiene agua abundante, la que le da, vista desde el espacio, un característico color azul, y tiene una atmósfera en equilibrio con el agua y con los seres vivos. Su superficie sólida está formada por gigantescas placas litosféricas en movimiento constante. La energía que recibe del Sol es la óptima para la vida. Ni es excesiva, como para evaporar el agua y hacer desaparecer la atmósfera, ni es tan poca que mantuviera el agua helada.
Desde su formación en los orígenes del sistema Solar, hasta la actualidad, muchas cosas han cambiado en el planeta. Los choques con gigantescos meteoritos y otras catástrofes han dejado su huella, pero sobre todo la lenta pero continuada acción de la atmósfera, la hidrosfera; el desplazamiento de las placas y la importante actividad de los seres vivos son los que han modelado la Tierra tal como hoy la conocemos.
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